2. MARCO TEÓRICO
2.1 El Concepto De Ciudadanía
El módulo
de derechos humanos y ciudadanía
define ciudadanía en los siguientes términos:
El concepto ciudadano se refiere a la persona
en relación con los asuntos de su comunidad. Los temas de los que se ocupa el
ciudadano no son los “privados”, sino los problemas que, pudiendo tener
conexión con su vida privada, se pueden resolver o mejorar dentro de la
organización de esa sociedad en la que vive.
Es
importante notar en esta definición que no es posible definir el ciudadano o la
ciudadanía separada de la comunidad y de la participación en los asuntos de
esta, en la solución colectiva de dificultades; el ciudadano es un participante
activo de la sociedad civil y esto significa que para llamarse ciudadano es
necesario aportar continuamente en la construcción de políticas que apoyen
iniciativas populares y que logre que estas sean integradas con propuestas de
gobierno. Sin embargo en la actualidad es difícil que se pueda afirmar que
existe una ciudadanía total, es decir, que el individuo social, sea consciente
de sus derechos como ciudadano que participe en iniciativas populares entre
otros aspectos de relación con las instituciones del gobierno.
El
ciudadano posee los derechos de ciudadanía, estos derechos incluyen su participación
activa en la construcción de políticas públicas y análogamente en el gobierno
de su ciudad. Un ciudadano hace parte de una sociedad con una estructura
política determinada y con unas características que derivan de esta estructura,
ahora bien, la concepción de ciudadanía excede los límites de lo exclusivamente
político, abarcando también las dimensiones social, económica y jurídica. Es preciso en este punto establecer una
diferencia del concepto de ciudadanía con una sociedad donde los miembros no
tienen poder de decidir ni para participar en el gobierno de su ciudad; esto
contrario a convertir los miembros de la ciudad en ciudadanos, los convierte en
súbditos que sólo se limitan a acatar
las órdenes sin discutir o formular alternativas.
2.1 Evolución del concepto de
ciudadano
Los
derechos del ciudadano, las características y los criterios que son aplicados
para nombrar un ciudadano en la actualidad, no son los mismos que han operado
en las distintas épocas por las que ha pasado el devenir humano, como tampoco
son los mismos en los distintos lugares y formas de poder que han representado
la humanidad en distintas épocas. Antes de la revolución francesa de 1789 sólo
existía el concepto de ciudadanía de una manera parcial como fruto de una
continua evolución social que se extiende incluso hasta la actualidad, donde
aún queda mucho por trabajar para consolidar un verdadero concepto de ciudadano
y ciudadanía que trascienda las meras expectativas de la teoría. A continuación
se presenta una breve reseña de las ciudadanías en épocas pasadas.
El ciudadano en Grecia
Basta con
mencionar que sólo una sexta parte de la población griega era considerada
ciudadanía y que el gran filósofo Sócrates ocupándose de la noción de
ciudadano, terminó por ser condenado a muerte, para hacerse una idea de lo
limitado de la democracia, de la participación política y por supuesto del
concepto de ciudadano que predominaba en la antigua Grecia.
Para ser
ciudadano en Grecia, los padres tenían que ser ambos ciudadanos, de lo
contrario sería esclavo; los niños y mujeres tampoco alcanzaban el título de
ciudadanos y por consiguiente no tenían derechos políticos. Es con Clistenes y
luego con Pericles que se logran reformas importantes para que los ciudadanos
pobres sean considerados como tal y
puedan participar en las decisiones políticas de la ciudad.
El ciudadano de la república Romana
En Roma la sociedad estaba dividida en tres sectores:
la aristocracia, los trabajadores libres y lo trabajadores esclavos que no eran
considerados como personas sólo como objetos con un dueño. En el 450 a.C. con
la ley de las XII tablas luego de la primera huelga de la historia, obtuvieron
los plebeyos, la igualdad jurídica.
Virtualidad y Ciudadanía
Tal como se ha mencionado, en la virtualidad se
generan semilleros donde se está reconstituyendo el concepto de ciudadanía;
ahora bien, surge el interrogante de cómo potenciar estas tecnologías para
fortalecer los derechos y construir un ciudadanía real, apareciendo como
propuesta el uso eficiente de la información. Con el fácil acceso a todo tipo
de información, los jóvenes son cada vez más autónomos para reconocer sus
derechos y cuando estos están siendo vulnerados El conocimiento y
reconocimiento de los derechos pasa por el cuestionamiento al concepto de
minoría de edad. La Convención de Derechos del Niño posiciona a niñas, niños y
jóvenes en la categoría de sujetos de derecho, tratando de derrumbar la
perspectiva pan-adulta del mundo (Alamo 2006).
Es precisamente en este contexto en que las TICs
empiezan a ocupar un lugar prioritario, dado que otorgan al individuo un papel protagónico en
la autoría de su discurso, en tanto les proponen comunicarse y expresarse, las
redes sociales representan un escenario ideal para la exposición de ideas y
opiniones . La pregunta se desplaza a otro nivel: ¿pueden los jóvenes acceder
en las mismas condiciones a Internet? La respuesta es negativa. En primer
lugar, el acceso es posible sólo si se cuenta con la herramienta en cualquier
momento y en segundo lugar si está de por medio con la preparación para hacerlo
de forma responsable y acertada. La responsabilidad de abrir estos espacios que
den cabida a la construcción de una
ciudadanía protagónica y es la academia, el lugar privilegiado para la
constitución de ciudadanos, ya que es allí donde se desarrolla más de la mitad
de la vida de los jóvenes.
Carmen Álamo (2006) hablando del tema de la ciudadanía
virtual plantea lo siguiente:
Las TICs son una herramienta, pero ¿cómo
usarlas desde una perspectiva incluyente? La información se intercambia cada
segundo, las instituciones gubernamentales están a un clic de distancia de
cualquier ciudadano sin importar su edad. Estamos adelantando en acceso, es
preciso ahora adelantar en un uso propositivo de la Red.La inclusión vista
desde las TICs pasa entonces por tres niveles esenciales: uno, la herramienta
en términos materiales, dos, la capacidad de usarla y tres la posibilidad de
interpretar la información en beneficio de la construcción de la ciudadanía
para las franjas más vulnerables.
Las redes sociales y en general las comunidades
virtuales representan en la actualidad la opción ideal para que las jóvenes
generaciones emprendan alternativas participación política y aporten en la
construcción de soluciones para la comunidad. De manera que las instituciones
gubernamentales han de promover el uso de la tecnología como espacios donde se
fortalezca la opinión pública y no únicamente el aprovechamiento de los
empresarios para exponer todo tipo de publicidad para aumentar el consumo. La
tarea es propiciar la reflexión sobre derecho.